El 10k que nunca corrí
He corrido esa distancia alguna que otra vez pero nunca en una prueba oficial con arco de meta, medalla y plátano.
En noviembre de 2024, aprovechando la “oferta” del black friday me inscribí con mis amigas Cris y Laura a una carrera de 10 kilómetros en Madrid.
Han pasado unos meses y la carrera es este domingo. Ya he preparado la ropa que voy a llevar, he analizado el recorrido, he preguntado la estrategia de carrera a mis amigas, he entrenado lo que he podido, me he apuntado a otra carrera y tengo otra en mente.
Pero, como se puede leer en mis calcetines de lana merino de Saysky “No Miracles”. Llegar aquí, en mi caso, no es cuestión de milagro, genética o condición física favorable. Ha sido cuestión de cabezonería (la fuerza de voluntad y la disciplina no existen).
Pero vamos al principio de toda esta movida de correr. Al principio, principio no, en otra ocasión podemos abrir el cajón (de m*erde) de las clases de Educación Física (que, de “educación”, poca).
Año 2016, no recuerdo la fecha exacta.
Me veo a mí misma rescatando las Nike azul marino del 42 (algún día contaré más sobre esto también) y unas mallas largas que, unas salidas después pude comprobar que no eran la equipación adecuada.
Por recomendación de Nacho, mi compañero de entrenos, quejas, lamentos y lloros (entre otras cosas), me descargué la app de Nike Running en el IPod Nano y configuré el entrenamiento para principiantes. Algo así como “Corre 5k en 8 semanas”.
Ya os adelanto, el entrenamiento no estaba bien planteado y no me convertí en runner en aquel momento. De hecho, dejé de correr después de una salida en la que me empezó a dolor la tripa y pensé que era flato y aquel sufrimiento no estaba pagado.
Unas semanas más tarde, en junio de ese mismo año, mi cirujana me confirmó que aquellos dolores en el costado podían indicar que el apéndice ya estaba dando señales.
Así que, si me preguntas, “correr me produjo apendicitis”.
Y ahí podía haber acabado mi experiencia runner peeeeero, no.
A mi alrededor veía a familiares saliendo a correr, haciendo carreras, entrenando y siendo felices (o eso pensaba, después he visto el sufrimiento). He sido soporte en muchas carreras y he disfrutado de sus llegadas a meta.
Sin saber que unos meses después vendría una pandemia, empecé a sentirme tentada por el lado oscuro. Quería ser runner (o por lo menos intentar correr por ver si era capaz).
Esta vez tenía claras las prioridades, unas zapatillas adecuadas a mi peso y mis circunstancias. En verano de 2019, 3 años después de mi apendicitis, estaba entraba en una tienda especializada y le di una premisa al vendedor: “quiero unas zapatillas para mi” mientras me señalaba para que quedase claro.
Compré mis primeras Hoka Clifton rosas, ¡rosas! sin saber lo que esas zapatillas iban a suponer en mi vida.
Con esas zapatillas llegué la última a un “entreno molón” mientras sostenía la mano de otra corredora que sentía más vergüenza que yo. Yo solo sentía que no era mi sitio y que nunca iba a encajar en “esos espacios”.
A día de hoy, sigo pesándolo y de hecho, sé que este pensamiento volverá a mi mente este domingo. Pero no voy a estar sola.
Porque incluso en la pandemia, cuando corrí mis primeros 21 kilómetros y estábamos confinados por municipios no estuve sola.
Aquí puedes ver la movida de la que te hablo. Kilómetos boniters fue el “venirse arriba” del running. Esa frase escrita por mi amiga Laura fue mi primer tatuaje y lo comparto con mi amiga Cris.
Quedan 4 días para cruzar juntas la meta.
Y para terminar la primera “movida” sobre esto del correr, os dejo el manifiesto1 de la marca 4T2 que llevo en la camiseta que me regaló Nacho (gracias siempre).
we know running, its ability to expose yourself, its sincerity in giving you back what you put into it.
we believe in painful legs, sweaty eyes, feet hitting the ground a million times to the rhythm of a song that only you know.
we believe in the hours of training in silence, alone with your thoughts; in the bubble where only you exist, as if you were on an island, in another dimension.
running is made of rituals like coffee in the morning, tired eyes, shorts and shirt waiting next to the bed, and you going out in the dark when the world is still sleeping.
we fight for the environment: we are all called to contribute and live in a world where the human being is not at the center but equal part of the environment.
we believe that running apparel and shoes are just tools; to set you free and help you get better, faster. we work every day for just that.
we know that every second and every meter create a better version of yourself.
we love it when the air fills your lungs, your heart pounding in your throat, and you feel completely alive. a discovery outside of your comfort zone.
we celebrate every achievement, even if it’s only a new starting point.
we love getting lost because without a destination we enjoy the journey more.
we always look ahead, but learn from what we leave behind, step by step.
we believe that running is not just a sport but a way of life: the runner never stops running, even when he’s sitting down.
we believe that running is substance, not appearance. when you look in the mirror after a run, you look ten years older, but you're happy.
we believe that running is democratic. it doesn't matter how fast or how far you run. it doesn't matter if you're young or old, if you're fat or thin. running doesn't give a shit if you're pretty or ugly, if you're rich or poor.
if you are not afraid of sweat and fatigue, then you’re a runner.
running is not for those who fake it and pose.
running is ugly
Manifesto 4t2: https://4t2.run/pages/manifesto
Llegaste a mi vida en 2019, por casualidad, como llegan las cosas buenas. Desde entonces hemos hecho muchos kilómetros juntas… más en coche que corriendo, la verdad, pero siempre con banda sonora (y grupos desconocidos para mí que me han terminado flipando), charlas existenciales y algún plan de “este año sí corremos un 10K” que se quedó en el aire. Hasta ahora.
Este domingo SÍ es el momento.
Y no se me ocurren mejores personas para compartir la salida, la meta y todo lo que hay entre medias que Laura y tú. Porque tú no solo eres brillante y valiente, eres también mi red de soporte en esta vida que nos tiene un poco cucú.
Gracias por estar. cuando el mundo arde. Gracias por ser inspiración, por girarte a mirar si estoy bien (literal y metafóricamente) y por enseñarme que correr y ocupar espacios también puede ser un acto de amor propio.
Kilómetros, contigo, siempre.